El calor húmedo destruye los microorganismos por coagulación de sus proteínas celulares. El principal método de esterilización que emplea calor húmedo es la esterilización por vapor a presión. También existen otros métodos de descontaminación que emplean este tipo de calor los cuales, aunque no permiten la destrucción total de los microorganismos, disminuyen la carga microbiana que posee un material.
Esterilización por vapor a presión
La esterilización por vapor a presión se lleva a cabo en un autoclave. Estos equipos emplean vapor de agua saturado, a una presión de 15 libras lo que permite que la cámara alcance una temperatura de 121ºC. El tiempo de esterilización usualmente es de 15 minutos, sin embargo, en algunas oportunidades, dadas las características del material, es necesario variar el tiempo de esterilización.
Cuando se utiliza este método es importante controlar en el autoclave la relación entre la temperatura, la presión y el tiempo de exposición, ya que éstos son factores críticos en el proceso. Sólo cuando el vapor se coloca bajo presión, es cuando su temperatura aumenta por encima de los 100ºC y esto permite alcanzar las temperaturas de esterilización (121ºC).
Entre las ventajas de este método de esterilización tenemos que no deja residuos, los autoclaves modernos son sencillos de manejar y es un método rápido de esterilización. Éste es el método de elección para esterilizar materiales termoestables y no sensibles a la humedad como medios de cultivo, cultivos de microorganismos para descartar, lencería, uniformes, instrumentos quirúrgicos, entre otros.
Entre sus desventajas están que no permite la esterilización de materiales sensibles al calor y materiales no miscibles con el agua como es el caso de polvos, aceites y grasas.
¿Qué precauciones debemos tener?
Antes de comenzar el proceso de esterilización es necesario remover todo el aire de la cámara del autoclave, porque de lo contrario no se podrán alcanzar las condiciones de esterilización requeridas debido a que la cámara interna del equipo no podrá ser saturada por el vapor de agua.
El tiempo de esterilización se debe comenzar a contar una vez que se han alcanzado los 121ºC en la cámara interna del autoclave.
Si se van a esterilizar materiales tales como instrumentos quirúrgicos, equipos, etc.
No se deben cubrir con materiales impermeables al agua como por ejemplo el papel de aluminio, porque éste no permite que el vapor tenga acceso al material y por lo tanto no se logrará la esterilización.
Cuando se coloca el material a esterilizar en el interior del equipo se debe garantizar la libre circulación del vapor de agua alrededor de todo el material. Para controlar la esterilización por vapor a presión se emplean indicadores físicos tales como medidores de presión, termómetros, o termógrafos. Aunque estos controles son ampliamente utilizados, actualmente se consideran métodos secundarios para el control del proceso y son los indicadores biológicos los que permiten determinar si realmente se llevó a cabo en forma efectiva la esterilización.
Entre los indicadores biológicos más utilizados para controlar el proceso de esterilización por vapor a presión, se encuentran las esporas de Bacillus stearothermophilus que son altamente resistentes a este proceso. Se recomienda el uso de controles biológicos por lo menos una vez a la semana para verificar el buen funcionamiento del autoclave. En caso de que se sospeche de alguna falla se debe colocar un indicador biológico en cada carga de esterilización.
Su uso en el sector salud
Dada la importancia de este equipo, su uso se volvió particularmente común en el sector salud. Por ejemplo, en el campo de la Odontología el uso de las estufas fue el método tradicionalmente escogido para la esterilización. Con la llegada de los autoclaves modernos de mesa a un buen costo en el mercado, esta tendencia ha ido cambiando en los últimos años. Otros hechos que también contribuyeron para esta mudanza es la polarización de sobres de papel grado quirúrgico para empaques compatibles con los instrumentales odontológicos y el avance en el conocimiento sobre el control de infecciones, entre otros la dificultad de inactivación del virus de la hepatitis B por el calor seco.
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